Carlos
Alberto Mejía, en su artículo “La gerencia al servicio del cliente” concluye
que “a más de invertir en desarrollo del producto las empresas deben hacer
esfuerzos también en desarrollo del servicio al cliente. Allí puede existir un
elemento diferenciador de alto poder en términos de reconocimiento y
aceptación”
El
artículo de Universia Knowledge@Wharton
titulado “Los consumidores desvelan las claves de una experiencia de
compra fascinante”, nos indica que una nueva investigación de Wharton muestra
que un 35% de los consumidores han tenido una experiencia extraordinaria de
compras en el comercio en los últimos seis meses. Pero para llegar a ese
porcentaje de satisfacción, es preciso que los minoristas trabajen
simultáneamente con diez elementos diferentes de la experiencia de compra.
Algunos de los principales impulsores de la lealtad del cliente son los
siguientes: experiencia con la marca, empleados simpáticos y vendedores bien
informados sobre el producto que venden. La rapidez del proceso de compra
también tuvo una puntuación elevada.
De acuerdo
con el artículo “Empresas de servicios: el reto de transformar crecimiento en
rentabilidad” de Universia Knowledge@Wharton, afirma que: “las empresas de
servicios, se enfrentan al difícil reto de transformar crecimiento en
rentabilidad. Quizá el principal obstáculo es que las empresas de servicios del
siglo XXI se empeñan en seguir unidas a los negocios manufactureros básicos del
siglo XIX y XX: en estos casos la rentabilidad depende de la escala, y sólo se
puede conseguir la escala suficiente a base de crecimiento… el crecimiento suele incrementar los costos,
pero puede no conseguir los beneficios que se derivan de la escala….. Las
mejores empresas de servicios son capaces de diseñar e implementar las
estrategias adecuadas para mantener los costos bajos, reforzar la lealtad de
los clientes y ganar ventajas competitivas”.
Que nos
enseña y dice las tres lecturas anteriores, que debemos comprender que una de
las fuentes de rentabilidad mayor en la empresa es la ventaja competitiva. La
cada vez mayor competitividad en todos los sectores, debido a la apertura de
las fronteras y a la liberalización de mercados, hace aún más necesario el
diferenciarse de los competidores, ya que cada
vez son menos los sectores que aparecen como unos refugios protegidos
con unos rendimientos asegurados estables en el tiempo. Por consiguiente, será
de vital importancia para la empresa establecer una ventaja competitiva,
realizar las acciones necesarias, definiendo las políticas adecuadas, para
obtener una clara diferenciación.
¿Cómo encontrar la ventaja competitiva?
La ventaja
competitiva es aquella ventaja que posee una empresa sobre otra que compite en
el mismo mercado cuando obtiene una tasa de beneficios superior o tiene el
potencial para obtenerla. Así, la ventaja competitiva es la habilidad para
obtener mayor rendimiento que los rivales, ya que el objetivo primordial de la
empresa es el rendimiento. Una empresa no aumentará su rendimiento si no es
provocando cambios en el mercado, es decir, las empresas están abocadas a
experimentar constantes cambios e incluso a provocarlos. Podremos decir, que el potencial para establecer una ventaja
competitiva depende de la tipología y gravedad del cambio y de las diferencias
existentes en recursos y capacidades. Cuanto mayores fuentes de cambio existan
en un sector, mayores serán las posibilidades de establecer una ventaja
competitiva y mayores las posibilidades de aumentar el rendimiento en las
empresas que aseguren su ventaja.
Entonces, podemos afirmar que gran parte de las ventajas
competitivas vienen de la capacidad de respuesta de la empresa ante los cambios
externos. Cualquier cambio externo en el sector, en las reglas de juego, es
potencialmente un cambio en las posibilidades de negocio, un cambio en la
competencia y en su actividad y, lo que más importa, una posibilidad manifiesta
de aumentar la rentabilidad de la empresa, si ésta está preparada para ello. La
capacidad para identificar estos cambios externos, proveerlos y aprovecharse de
ellos estará ligada, pues, a la ventaja competitiva.
Pero
también pueden surgir ventajas competitivas mediante una fuente de perturbación
interna como es la innovación. La innovación no sólo crea una ventaja
competitiva para la empresa innovadora si no que puede también destruir la
ventaja competitiva de otra empresa del sector, posibilitando así el aumento
del número de clientes. La innovación no tiene ni debe ser planteada sólo al
ámbito del producto y/o servicios que provea la empresa si no, también, en el
ámbito de la organización, siendo fuente grande de ventajas competitivas las
reestructuraciones organizativas innovadoras de las empresas, que se alejen del común denominador de sus
competidores.
La
competencia implica que una ventaja competitiva adquirida va a ser efímera,
tanto más cuanto mayor la competencia y mayor la habilidad de estos y su
flexibilidad para adaptarse a los cambios impuestos en el mercado y gracias a
los cuales se obtuvo la ventaja. Por medio de la imitación o la innovación los
competidores tratarán de eliminar dicha ventaja competitiva que la empresa haya
adquirido. Para evitar que dicha ventaja se desvanezca, lo primero que debe
hacer la empresa es poner barreras a la imitación. Estas barreras o mecanismos
de aislamiento se basan en identificar aquellos factores que posibilitan la
imitación por parte de los competidores y adoptar las medidas necesarias para
impedirlo o, al menos, retardarlo lo máximo en el tiempo.
Conclusión
Encontrar
la ventaja o ventajas competitivas, es una tarea que la misma empresa tiene que
ir "descubriendo", ya que la existencia de mercados hoy día tan
cambiantes, con innovaciones frecuentes, hace que las empresas deban trabajar
cada día en la creación de esas ventajas competitivas, en mantenerlas, en
explotarlas, y en ir buscando con más énfasis esas características que nos
hacen diferentes del resto de la competencia, y sobre todo, en luchar por que
esas características sean percibidas y valoradas por nuestro mercado actual y
potencial, manteniéndolas el mayor tiempo posible en las mentes de los clientes
o consumidores.
Mantener
una ventaja competitiva implica estar atenta de las necesidades del consumidor,
el mercado que atiendes y tu competencia. Esto sugiere revisar constantemente
para conservarla vigente. En otras palabras, mantener la vista afuera de la
empresa para responder ágil y flexible de tal manera que el servicio al cliente
se adapte y renueve.
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