¿Qué relación habría entre
la ética y el modelo económico?. Unos afirman
que el modelo económico busca una mayor productividad en las empresas y otros que
la ética busca superar la brutal desigualdad social y de la inaceptable
exclusión social que marcan nuestro tiempo. Los dos a pesar de diferenciarse mucho en sus
objetivos, comparten un mismo presupuesto: el bien común, sea de la empresa o
de la sociedad.
Al
respecto, es muy conocida una concepción de la Escuela de Chicago, y de su principal
representante como es Friedman, en el sentido siguiente: “Las empresas no se tienen que torturar con el tema de la ética, su
principio moral básico es que ganen dinero y que no se preocupen de lo demás,
porque en la medida en que ganen dinero y apoyándose en la mano invisible, ya serán capaces de crear
riqueza, la cual se irá distribuyendo por toda la sociedad”.
Hay
personas que aceptan esto y hay otros
individuos que con más sentido común dicen: “El negocio es el negocio y
aquí lo que hay que hacer es subsistir”.
Entonces surge la famosa frase de “business is business”.
Los
economistas, hoy por hoy, rechazan de plano el ‘todo vale’; la inmensa mayoría
de economistas aceptan que hace falta una cierta dosis de ética dentro de la
economía; aunque muchos no saben cómo, pero en todo caso aceptan una cierta
dosis de ética dentro de la economía, es decir, unas ciertas restricciones a la
forma de proceder para poder crear valor dentro de una economía. y del modelo económico.
Por tanto, el ‘business is
business’ ya no es del todo verdad, puesto que no se trata de que sólo produzco
lo que quiero y como quiero, sino que la economía está diciendo que hay que respetar unas
restricciones, porque si no se aceptan
estas restricciones, si no se garantiza una cierta sostenibilidad, estamos
destruyendo la forma de proceder en el futuro.
Sin duda, debemos tener en cuenta que el modelo económico, en el
cual estamos inmersos actualmente es el llamado Capitalismo Salvaje, el cual ha traído muchas consecuencias que han
ocasionado que los intereses de los dueños del capital y los intereses de los
dueños de la fuerza de trabajo choquen, ocasionando los llamados conflictos
laborales y generando a su vez, problemas sociales. Básicamente los conflictos
labores surgen porque los capitalistas van siempre en búsqueda del aumento del
capital, en cambio los obreros, en búsqueda de un salario más digno.
Una serie de conflictos y dilemas se
generan al chocar los intereses del trabajador con los del capital y viceversa,
los intereses del Estado en contra del capital o en contra de los obreros, y es
aquí donde la ética debe jugar un papel preponderante en la conciliación de los
puntos de interés, referidos a la realización personal e intereses económicos
de estas tres fuerzas.
La ética condena las prácticas del capitalismo
salvaje, cuando toma al hombre como un medio, como un objeto más para
incrementar la utilidad y por ende el capital de la empresa, al punto de
convertirlo y verlo como un “recurso” más. El capitalismo salvaje anula el
desarrollo personal, el pago de salarios justos, propicia los malos tratos, la
toma de decisiones amañadas y no imparciales, malas condiciones de trabajo, los
abusos de autoridad, entre otros.
La ética dice que “la persona humana, comunitariamente
organizada, es el fin de cualquier organización y estructura empresarial. Y el
capital es un medio, un recurso en función de dicho fin. La persona no pude ser
nunca concebida sólo como un medio, en un fin en sí misma, aunque en
determinadas acciones opere como un medio en orden a lograr algún fin
secundario que, al final, debe redundar en su beneficio como una persona en
comunidad”.
Pero además, las actitudes morales tienen importante influencia en
los hechos distributivos y en Colombia se ha demostrado que la desigual
distribución del ingreso es moralmente cuestionable, por lo que no solamente
las evaluaciones acerca de eficiencia, sino también las valoraciones de
equidad, deberían formar parte de la conducta ética. Sólo de esa manera sería
posible entender los principios que gobiernan la formulación de las políticas
públicas y cuáles factores morales influyen sobre el acontecer económico
incierto.
Después de todo lo dicho, queda claro que la ética tiene un status superior a la economía y al modelo económico, porque orienta todo el actuar del hombre, en su vida individual y social, y porque establece las reglas de conducta que todos deben respetar, también cuando intentan alcanzar la eficiencia económica.
La ética es necesaria y
está a nuestro alcance mediante la reflexión personal, la recta razón y con la
ayuda de la sociedad, y tanto la conciencia como la misma sociedad nos invitan
a vivirla.
Fuentes consultadas:
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