domingo, 9 de febrero de 2014

Relación de la ética con el modelo económico



¿Qué relación habría entre la ética y el modelo económico?.  Unos afirman que el modelo económico busca una mayor productividad en las empresas y otros que la ética busca superar la brutal desigualdad social y de la inaceptable exclusión social que marcan nuestro tiempo. Los dos  a pesar de diferenciarse mucho en sus objetivos, comparten un mismo presupuesto: el bien común, sea de la empresa o de la sociedad.

Al respecto, es muy conocida una concepción de la Escuela de Chicago, y de su principal representante como es Friedman, en el sentido siguiente: “Las empresas no se tienen que torturar con el tema de la ética, su principio moral básico es que ganen dinero y que no se preocupen de lo demás, porque en la medida en que ganen dinero y apoyándose en  la mano invisible, ya serán capaces de crear riqueza, la cual se irá distribuyendo por toda la sociedad”.

Hay personas que aceptan esto y hay otros  individuos que con más sentido común dicen: “El negocio es el negocio y aquí lo que hay que hacer es subsistir”.  Entonces surge la famosa frase de “business is business”.

Los economistas, hoy por hoy, rechazan de plano el ‘todo vale’; la inmensa mayoría de economistas aceptan que hace falta una cierta dosis de ética dentro de la economía; aunque muchos no saben cómo, pero en todo caso aceptan una cierta dosis de ética dentro de la economía, es decir, unas ciertas restricciones a la forma de proceder para poder crear valor dentro de una economía. y del modelo económico.

Por tanto, el ‘business is business’ ya no es del todo verdad, puesto que no se trata de que sólo produzco lo que quiero y como quiero, sino que la economía está  diciendo que hay que respetar unas restricciones, porque si no se  aceptan estas restricciones, si no se garantiza una cierta sostenibilidad, estamos destruyendo la forma de proceder en el futuro.

Sin duda, debemos tener en cuenta que el modelo económico, en el cual estamos inmersos actualmente es el llamado Capitalismo Salvaje, el cual  ha traído muchas consecuencias que han ocasionado que los intereses de los dueños del capital y los intereses de los dueños de la fuerza de trabajo choquen, ocasionando los llamados conflictos laborales y generando a su vez, problemas sociales. Básicamente los conflictos labores surgen porque los capitalistas van siempre en búsqueda del aumento del capital, en cambio los obreros, en búsqueda de un salario más digno.

Una serie de conflictos y dilemas se generan al chocar los intereses del trabajador con los del capital y viceversa, los intereses del Estado en contra del capital o en contra de los obreros, y es aquí donde la ética debe jugar un papel preponderante en la conciliación de los puntos de interés, referidos a la realización personal e intereses económicos de estas tres fuerzas.

La ética condena las prácticas del capitalismo salvaje, cuando toma al hombre como un medio, como un objeto más para incrementar la utilidad y por ende el capital de la empresa, al punto de convertirlo y verlo como un “recurso” más. El capitalismo salvaje anula el desarrollo personal, el pago de salarios justos, propicia los malos tratos, la toma de decisiones amañadas y no imparciales, malas condiciones de trabajo, los abusos de autoridad, entre otros.

La ética dice que “la persona humana, comunitariamente organizada, es el fin de cualquier organización y estructura empresarial. Y el capital es un medio, un recurso en función de dicho fin. La persona no pude ser nunca concebida sólo como un medio, en un fin en sí misma, aunque en determinadas acciones opere como un medio en orden a lograr algún fin secundario que, al final, debe redundar en su beneficio como una persona en comunidad”.

Pero además, las actitudes morales tienen importante influencia en los hechos distributivos y en Colombia se ha demostrado que la desigual distribución del ingreso es moralmente cuestionable, por lo que no solamente las evaluaciones acerca de eficiencia, sino también las valoraciones de equidad, deberían formar parte de la conducta ética. Sólo de esa manera sería posible entender los principios que gobiernan la formulación de las políticas públicas y cuáles factores morales influyen sobre el acontecer económico incierto.

Después de todo lo dicho, queda claro que la ética tiene un status superior a la economía y al modelo económico, porque orienta todo el actuar del hombre, en su vida individual y social, y porque establece las reglas de conducta que todos deben respetar, también cuando intentan alcanzar la eficiencia económica.

La ética es necesaria y está a nuestro alcance mediante la reflexión personal, la recta razón y con la ayuda de la sociedad, y tanto la conciencia como la misma sociedad nos invitan a vivirla.


Fuentes consultadas:

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