domingo, 9 de febrero de 2014

El servicio, signo de nuestro tiempo y reto de nuestra empresa



En la actualidad, se han arraigado en las empresas de nuestros días, una tendencia que se puede considerar signos de nuestro tiempo y quizá sea la responsable de muchos de los cambios que se están gestando en los negocios: el servicio. Nadie negar que la calidad del mismo sea un factor clave en la fidelización de los clientes y éxito de las empresas. Hay que reconocer que las empresas ante este reto, se esfuerzan cada día por mejorar su servicio, sin embargo las buenas intenciones no son suficientes para que el cliente se ponga la camiseta.

Una calidad en el servicio no sólo se basa en un trato cordial y amable, también se tiene que ofrecer soluciones rápidas e integrales, es decir, satisfacer en el menor tiempo posible la necesidad que trae al cliente y no quedarnos sólo con eso, si no ir más allá de lo que espera siempre buscando sorprenderlo.

Definitivamente la cultura del servicio es algo de lo que mucho se habla pero que muy pocas veces se pone en práctica, y no es que no exista interés por quienes saben que sólo a través de un buen servicio se conseguirá que el cliente no sólo vuelva a comprar un producto o hacer uso de un servicio sino que atraerá a nuevos clientes que finalmente engrosarán la cadena de valor que hará posible la permanencia en el tiempo del negocio y la obtención de ganancias.

¡El cliente es lo primero! Frase que se escucha en la mayoría de las empresas, pero más parece un slogan que una forma conquistar clientes, cuando ese concepto es más para vivir que para predicar, debe de formar parte de la misión de la empresa, porque el cliente lo percibe con hechos, no con palabras. La realidad es que muchas empresas en la práctica siguen tratando al cliente como uno más, es decir, como si fuera un número y eso cuando les va bien, porque, en muchos casos la percepción del empleado es que el cliente es malo y sólo viene a hacerle la vida imposible.

Un cliente, por lo general, se declarará satisfecho únicamente si su expectativa se satisface según sus propios parámetros de evaluación, es decir que no basta con atender su necesidad de un producto específico, por ejemplo, sino que dicho producto debe tener los atributos y cualidades esperados al momento de hacer el requerimiento lo cual lleva al prestador del servicio a convertirse en un habilidoso intérprete de dicha expectativa para reconocer si lo que espera el cliente se refiere a calidad, cantidad, oportunidad y/o costo.

¿Cuándo se darán cuenta que sin clientes no hay empresa? Y si no hay empresa no hay ni sueldos ni beneficios y bonos al final del año. Simplemente no hay nada. El cliente es la razón de ser de toda empresa y si no se atiende bien, si no se le valora, entonces esa empresa no tiene por qué existir. La lealtad de los clientes actualmente está basada en clientes muy conscientes de los precios y más proclives a mudar de proveedor que nunca antes.

J. Kotter en su texto “la verdadera labor del líder” al insistir en que los clientes saben reconocer lo que está pasando al interior de la organización, de tal manera que se hace imperiosa la necesidad de que los responsables de la gerencia sean los primeros en incorporar el servicio como un reto que pueda marcar la diferencia entre permanecer o desaparecer, el tiempo no es relevante si el destino queda escrito por una mala decisión que anticipará el final cuando los clientes comiencen a abandonarnos

Es evidente que muchos productos o servicios que un negocio ofrece a sus clientes, son iguales a los que ofrece la competencia, puesto que son del mismo fabricante y proveedor o bien cumplen con la misma función. Sin embargo, lo que llega a marcar la gran diferencia está en cómo se proporcionen esos productos o servicios es decir, en el Servicio al Cliente. En consecuencia, la conquista de un cliente y el logro de las ventajas competitivas estarán dependiendo de la calidad del servicio, que de esta manera se convierte en un factor para competir.

Si eres empresario, y quieres hacer crecer tu negocio, en el plan estratégico de la empresa tendrás que incluir sin falta la atención al cliente como uno de tus pilares más importantes, ya que si logras dar un servicio mejor que el promedio, puedes llegar a posicionarte como una empresa que cuida a sus clientes y lo queramos o no, los clientes son los que mandan, son nuestros verdaderos jefes, ya que ellos deciden si una empresa sobrevive o no en este mercado tan competitivo.

Finalmente, reconociendo que el tema difícilmente se agota, considero importante resaltar que no basta la buena intención de las organizaciones por ofrecer un buen servicio, los prestadores del servicio deben sentirse parte de la organización, entender y defender la marca que representan; las buenas intenciones deben verse reflejadas en el compromiso con todo el sistema que asegura al cliente que vale la pena comprar en esta empresa, que vale la pena volver y que vale la pena quizá pagar un poco más por una experiencia que sabe irrepetible en otro lugar.




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